Based on my pastoral experience as a priest, I have encountered so many people struggling to believe in the resurrection of Jesus with little evidence left to make them fully convinced. They would not even depend on scripture accounts. It is sad; however, I am positive that someday their understanding and faith will be there. Many skeptics are there who need help from those gifted with strong faith. Maybe they just probably need some enlightenment and guidance. It’s not yet too late. If we recognize Jesus, who has risen and lives with us, walks with us and leads us, then time will tell that we share that glory promised for us with the help of the Holy Spirit.
The first reading from the Acts of the Apostles narrates to us about Peter performing a miracle and publicly proclaiming the message of Jesus that through Him there is salvation.
Wonders after wonders and graces after graces flow tremendously to the Apostles as we read in the first reading today from the Book of Acts after JESUS’ resurrection. Peter was in the temple and the power of healing emanates from him by healing the crippled man. The man was able to walk by the power of Jesus thru His apostles. The power of healing is now in the hands of the Apostles to continue His ministry and presence with us.
The gospel today reminds us of the two men on the road to Emmaus. As they were walking, these two disciples of the Lord failed to recognize with whom they were walking. Probably they were grieving and were preoccupied with other concerns, or they probably were focused on explaining and re-telling the gospel about what happened to Jesus. Accepting Him as the “Suffering Messiah,” they could hardly understand.
This story encourages us to have a sense of understanding of the events that happened after the crucifixion, which will lead us to a greater transformation of mind and spirit. We have to remember that the disciples of Jesus did not remain as followers but as transformed and inspired leaders to propagate the Goodnews about Jesus, our Lord. They became effective evangelizers.
My personal prayer today is that during this Easter season, we have personal transformation happening within us so that we too become true disciples of the Risen Lord.
God bless you.
Fr. Arlon, osa
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El Dictado del Corazon
Dentro de la Octava de Pascua, Miércoles
- Hechos 3:1-10
- Salmo 105:1-9
- Lucas 24:13-35
Basado en mi experiencia pastoral como sacerdote, me he encontrado con muchas personas que luchan por creer en la resurrección de Jesús. Ni siquiera las sagradas escrituras son evidencia para convencerlos completamente. Hay muchos incrédulos que necesitan la ayuda de aquellos bendecidos con una fe fuerte. Tal vez solo necesiten algo de iluminación y orientación. Es triste; sin embargo, estoy seguro de que, si abren su mente y su corazón para permitir que Dios se manifieste a ellos, llegarán a creer. Todavía no es demasiado tarde. Si reconocemos a Jesús, que ha resucitado y vive con nosotros, camina con nosotros y nos guía, entonces el tiempo dirá que compartimos esa gloria prometida para nosotros con la ayuda del Espíritu Santo.
La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles nos narra acerca de Pedro realizando un milagro y proclamando públicamente el mensaje de Jesús, de que a través de Él hay salvación. Maravillas tras maravillas y gracias tras gracias fluyen tremendamente hacia los Apóstoles como leemos en la primera lectura de hoy del Libro de los Hechos de los apóstoles después de la resurrección de JESÚS. Pedro estaba en el templo y el poder de curar emana de él al sanar al paralítico. El hombre pudo caminar por el poder de Jesús a través de sus apóstoles. El poder de sanidad está ahora en manos de los Apóstoles para continuar Su ministerio y Su presencia con nosotros.
El evangelio de hoy nos recuerda a los dos hombres en el camino a Emaús. Mientras caminaban, estos dos discípulos del Señor no supieron reconocer con quién caminaban. Probablemente estaban afligidos y cabizbajos por otras preocupaciones, o probablemente estaban concentrados en explicar y volver a contar el evangelio sobre lo que le sucedió a Jesús. Aceptándolo como el “Mesías sufriente”, difícilmente podían entender.
Esta historia nos anima a tener un sentido de comprensión de los acontecimientos que sucedieron después de la crucifixión, lo que nos llevará a una mayor transformación de mente y espíritu. Tenemos que recordar que los discípulos de Jesús no quedaron como seguidores sino como líderes transformados e inspirados para propagar la Buena Nueva de Jesús, nuestro Señor. Se convirtieron en evangelizadores eficaces.
Mi oración hoy es que, durante esta temporada de Pascua, tengamos una transformación personal dentro de nosotros para que, nosotros también seamos verdaderos discípulos del Señor que ha Resucitado.
Dios los bendiga.
Padre Arlón, osa