The Dictate of the Heart: 4th Sunday of Easter, Year B

Today is the 4th Sunday of Easter, Year B. I presume that we are enjoying reading and reflecting on the previous three Sundays post-resurrection stories. Jesus has been present in our lives and continues to lead us closer to Him.

The reading today from the Acts of the Apostle speaks about Peter and John who cured a cripple in the name of Jesus. Peter had told the followers of Jesus to be bold to speak out to the Jewish leaders in defense of their good actions for healing a cripple. It was not through their good deeds that the crippled man was healed, but by the power of Jesus Christ the Nazorean. Jesus has been the foundation, strength and stability for the whole community despite being rejected by the Jews. St. Peter says, “Jesus is the stone rejected by the builders but becomes the cornerstone,” and the conclusion of Peter’s word is powerful to proclaim that, “There is no salvation through anyone else, nor is there any other name under heaven given to the human race by which we are to be saved.”

The second reading from the first letter of St. John reminds us that “the love of the Father has bestowed upon us….now we are children of God. And everyone who has this hope fixed on Him purifies himself, just as He is pure.” Our own motivation shall be like Him – be like him in motivation, in attitude, and in action. It is nice that we reflect on the goodness of the loving God and imitate Him.

In the gospel reading, we hear Jesus speak of Himself as the “Good Shepherd” that lays down His life for the sheep. He stays faithful throughout all dangers and will gather all into one flock. Jesus as the Good Shepherd is one of the most familiar ways of portraying our Lord. This particular gospel is read every 4th Sunday of Easter. So, let us decipher some of the most important points in this gospel pericope:

First, Jesus says, “I am the good shepherd. The good shepherd lays down his life for the sheep.” (v.11) I am grateful to Jesus for offering Himself to be our Shepherd. It is true that we desire for someone to lead us, to protect us, to guide us, and to care for us always. We are a blessed flock of sheep who can rely on Him. The world, our community, our family and friends search for someone to rely on. In this period of deception, we must listen to Jesus, who carefully distinguishes false shepherds or hirelings. Many would be coming to deceive us, but the significant character of our Good Shepherd is His commitment and readiness to lay down His life for us, for Jesus has preceded us on this perilous road.

Second, Jesus says, “I am the good shepherd. I know my own and my own know me, just as the Father knows me and I know the Father.” (vv. 14,15) In this verse, we agree that His complete knowledge about His sheep refers to us, His flock. He likes us to be together under His care and guidance, as the fact is that He knows each one of us. It is also for our own safety that He tends to spend a lot of time with us for our benefit. In like manner, He spent time with His Father in prayer. In addition, He knows us better than we know ourselves.

Third, the last point of Jesus expresses this, “I have other sheep that do not belong to this fold. I must bring them also, and they will listen to my voice. So, there will be one flock, one shepherd.” (v.16) Personally, I believe the sacred intention of our Lord is to gather all people in the world as “one flock and one shepherd.” To rightly interpret these words of Jesus, we need to find the rationale for this scriptural text which refers us to the fact that Jesus of history preached to the fold of God’s chosen people, Israel. While Jesus’ earthly ministry served the Jewish people almost exclusively, His great commission to the Apostles before His ascension was to send them all into the world to preach, baptize, and thus unite His believers in one-fold. (Mt. 28:19) Here the “other sheep” refers to Gentiles willing to obey and follow the Lord Jesus Christ. Then, these righteous Gentiles heard the gospel from the lips of His disciples, sought conversion, and they became followers of Jesus. I believe that we are considered Gentiles, which means outside the fold of the chosen people of Israel. Thus, it is not proper for other denominations and religions claiming to justify their existence as being the “other sheep.” Such interpretation is wrong! Our understanding of the “other sheep” as the Gentiles who would come to believe in Christ is the natural understanding of the passage.

This Easter season allows us to find Jesus in our ordinary lives, where we encounter Him in unexpected moments, ways, or places. I wonder if we are grounded in faith to share our own thoughts about Jesus and in what role He has in our life.

Jesus gives us the example that everyone is welcome to join His flock. Jesus finds no difference in serving, working, and loving those people the Father gives Him. Who is Jesus for you and where can you find Him?

God bless you.

Fr. Arlon, osa

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El Dictado del Corazón
Cuarto Domingo de Pascua, Año B

  • Hechos 4:8-12
  • Salmo 118:1, 8-9, 21-23, 26, 28, 29
  • 1 Juan 3:1-2
  • Juan 10:11-18

Hoy es el Cuarto Domingo de Pascua, Año B. Hemos disfrutado reflexionando sobre las lecturas de los tres domingos anteriores sobre las historias posteriores a la resurrección. Jesús ha estado presente en nuestras vidas y continúa guiándonos a Él.

La lectura de hoy de los Hechos de los Apóstoles habla de Pedro y Juan que curaron a un cojo en el nombre de Jesús. Pedro había dicho a los seguidores de Jesús que se atrevieran a hablar ante los líderes judíos en defensa de sus buenas obras para curar a un lisiado. No fue por sus buenas obras que el cojo sanó sino por el poder que tiene el nombre de Jesucristo el Nazareno. Jesús ha sido el fundamento, la fuerza y la estabilidad de toda la comunidad a pesar del rechazo de los judíos. San Pedro dice: “Jesús es la piedra desechada por los constructores, se convierte en la piedra angular. Y la conclusión de la palabra de Pedro es poderosa para proclamar que “no hay salvación por otro, ni hay otro nombre bajo el cielo dado al género humano en el que podamos ser salvados”.

La segunda lectura de la primera carta de San Juan nos recuerda que “el amor del Padre nos ha concedido… ahora somos hijos de Dios. Y todo aquel que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro”. Nuestra motivación será como Él: seremos como Él en motivación, en actitud y en acción. Es bueno reflexionar sobre la bondad del Dios amoroso y que lo imitemos.

En la lectura del evangelio, escuchamos a Jesús hablar de sí mismo como el “Buen Pastor” que da su vida por las ovejas. Él permanece fiel a través de todos los peligros y reunirá a todos en un solo rebaño. Jesús como el Buen Pastor, que es una de las formas más familiares de representar a nuestro Señor. Este evangelio en particular se lee cada cuarto domingo de Pascua. Entonces, descifremos algunos de los puntos más importantes de del evangelio:

Primero, Jesús dice: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas”. (v.11) Doy gracias a Jesús por ofrecerse para ser nuestro Pastor. De hecho, deseamos que alguien nos guíe, nos proteja, nos guíe y nos cuide siempre. Somos un rebaño bendito de ovejas que podemos confiar en Él. El mundo, nuestra comunidad, nuestra familia y nuestros amigos buscan a alguien en quien confiar. En este período de engaño, debemos escuchar a Jesús, quien distingue cuidadosamente a los falsos pastores o asalariados. Muchos vendrían a engañarnos, pero el carácter significativo de nuestro Buen Pastor es su compromiso y disposición por dar su vida por nosotros, porque Jesús nos ha precedido en este camino peligroso.

Segundo, Jesús dice: “Yo soy el buen pastor. Conozco a los míos y los míos me conocen a mí, así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre. (vv. 14,15) En este versículo, estamos de acuerdo en que Su conocimiento completo acerca de Sus ovejas se refiere a nosotros, Su rebaño. Le gusta que estemos juntos bajo su cuidado y guía, pues lo cierto es que Él nos conoce a cada uno de nosotros. También es por nuestra seguridad que Él tiende a pasar mucho tiempo con nosotros para nuestro beneficio. De la misma manera, pasó tiempo con Su Padre en oración. Además, Él nos conoce mejor que nosotros mismos.

En tercer lugar, el último punto que Jesús expresa: “Tengo otras ovejas que no son de este redil. A ellos también debo traer, y escucharán mi voz. Entonces habrá un solo rebaño, un solo pastor”. (v.16) Personalmente, creo que la sagrada intención de nuestro Señor es reunir a todas las personas del mundo como “un solo rebaño y pastor”. Para interpretar correctamente estas palabras de Jesús, necesitamos encontrar el fundamento de este texto bíblico que nos remite al hecho de que el Jesús de la historia predicó al redil del pueblo elegido de Dios, Israel. Si bien el ministerio terrenal de Jesús sirvió casi exclusivamente al pueblo judío, su gran comisión a los Apóstoles antes de Su ascensión fue enviarlos a todos al mundo para predicar, bautizar y así unir a Sus creyentes en un solo redil. (Mt. 28:19) Aquí las “otras ovejas” se refieren a los gentiles dispuestos a obedecer y seguir a Jesucristo. Entonces, estos justos gentiles escucharon el evangelio de labios de sus discípulos, buscaron la conversión y se convirtieron en seguidores de Jesús. Creo que somos considerados gentiles, lo que significa fuera del redil del pueblo elegido de Israel. Por lo tanto, no es apropiado que otras denominaciones o sectas afirmen justificar su existencia como las “otras ovejas”. ¡Semejante interpretación es errónea! Nuestra comprensión de las “otras ovejas” se refiere a los gentiles que llegarían a creer en Cristo, es la comprensión lógica de este pasaje.

Este tiempo pascual nos permite encontrar a Jesús en nuestra vida ordinaria, donde lo encontramos en momentos, formas o lugares inesperados. Me pregunto si estamos cimentados en la fe para compartir nuestros pensamientos sobre Jesús y qué papel tiene en nuestras vidas.

Jesús nos da el ejemplo de que todos son bienvenidos a unirse a su rebaño. Jesús no encuentra diferencia en servir, trabajar y amar a aquellas personas que el Padre le da. ¿Quién es Jesús para ti y dónde puedes encontrarlo?

Dios los bendiga.

P. Arlón, osa

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