This weekend, we will be having the 3rd Scrutiny for the Elects, adults preparing themselves for Baptism and entering their final weeks of preparation. This is a powerful 3rd time scrutiny and exorcism which focuses on theological reflection on the gospel about the raising of Lazarus. We see Christ, who is the Resurrection and the Life. Let us review a little bit. In the first scrutiny, we focus on the water which the Samaritan woman wants to receive in order to quench her thirst from Jesus’ living water. The second scrutiny is about Jesus restoring the sight of the man who was blind from birth, which focused on Christ the Light of the world. Today’s last scrutiny, Jesus raising Lazarus, reminds us that Jesus is offering eternal life. I can sense Christ’s power and presence for this community.
Let us remember that the Scrutiny is a rite of spiritual self-searching and repentance meant to uncover, and then heal, all that is weak, defective or sinful in the hearts of the Elects, who will be baptized at the Easter Vigil. Additionally, this Scrutiny is intended to bring out and strengthen all that is upright, strong and good in the Elects. Exorcism is celebrated to deliver the Elects from the power of sin and Satan, to protect them against temptation, and to give them strength in Christ who is the Way, the Truth, and the Life. I hope and pray that they will complete their conversion and deepen their resolve to hold fast to Christ and to carry out their decision to love God above all else.
As we walk with our Elects, we too must recall the power of our own Baptism, our willingness to open our ears, eyes, and hearts to the Word of God, who speaks to us to be strong witnesses and to profess our faith in Jesus, who says to Martha, “I am the resurrection and the life, whoever believes in me, even if he dies, will live, and everyone who lives and believes in me will never die. Do you believe this?” Martha said to Him, “Yes, Lord. I have come to believe that you are the Christ, the Son of God, the one who is coming into the world.” (Jn 11:23-27)
From today’s gospel passage lies the power of Jesus as the true Messiah, who restores life. What does the raising of Lazarus say to us today?
First, we always cling to Jesus to save our life. Maybe we are like Martha, saying, “Lord, if you had been here my brother would not have died” and “yes, Lord I have come to believe that you are the Christ…” In the process of understanding the experience of death, there we struggle between feelings of betrayal and faith – saying “Lord, if only you had been there…” and “Lord, I know you are here…” This expression and lamentation are an indication that we need God in our life, Who alone can save us. When we plunge ourselves into committing sin, we literally succumb to death. Likewise, in an experience of death of loved ones, we cling to the aid of God, the giver of life.
Second, Martha’s profession of faith with the words, “I have come to believe that you are the Christ, the Son of God, the one who is coming into the world” is impressively revealing how she accepts Jesus as the Son of God, who has the power to restore life. We are called to do the same, to profess wholeheartedly, that indeed Jesus is Lord of both the dead and the living.
Third, Jesus raising Lazarus is a miracle, to manifest “the glory of God, that the Son of God may be glorified through it.” Jesus will also raise us from the dead, and we hope for nothing more for us and our loved ones than the resurrection on the Last Day. We will see each other again in the next life when we are faithful to Him.
In our own struggle to understand who Jesus is, through this gospel we have seen signs. It means we have seen Jesus’ works of a miracle. If we are dealing with a crisis of faith, then please try to consider Martha and Mary, who believe Christ as the resurrection and the life. Believe in Jesus, as the incarnate Son of God.
Martha and Mary inspire us and encourage us by the example of their own struggles; however, they cannot struggle for us, and we must decide what we truly believe. Brothers and Sisters, particularly those who are preparing for their Baptism, you have to decide; do you believe?
God bless you.
Fr. Arlon, osa
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El Dictado del Corazón
Quinto Domingo de Cuaresma, Año B (3er Escrutinio)
- Ezequiel 37:12-14
- Salmo 130: 1-2, 3-4, 5-6, 7-8
- Romanos 8:8-11
- Juan 11:1-45
Este fin de semana tendremos el Tercer Escrutinio de los Elegidos, adultos entrando en sus últimas semanas de preparación para ser bautizados. Este es un importante tercer tiempo de escrutinio y exorcismo, que se centra en la reflexión teológica sobre el evangelio sobre la resurrección de Lázaro. Vemos a Cristo que es la Resurrección y la Vida. Repasemos un poco, el primer escrutinio, nos centramos en el agua que la mujer samaritana quiere recibir para saciar su sed del agua viva de Jesús. El segundo escrutinio trata sobre Jesús devolviendo la vista al hombre que era ciego de nacimiento y que se centró en Cristo, quien es, la Luz del mundo. El último escrutinio de hoy, la resurrección de Lázaro, por parte de Jesús nos recuerda que Jesús ofrece vida eterna. Pude sentir el poder y la presencia de Cristo en esta comunidad.
Recordemos que el Escrutinio es un rito de auto búsqueda espiritual y arrepentimiento. Están destinados a descubrir y luego sanar todo lo que es débil, defectuoso o pecaminoso en los corazones de los elegidos, que serán bautizados en la Vigilia Pascual. Este Escrutinio tiene como objetivo sacar a relucir y luego fortalecer todo lo que hay de recto, fuerte y bueno en los elegidos. Luego, el exorcismo para liberar a los elegidos del poder del pecado y de Satanás, protegiéndolos de la tentación y darles fuerza en Cristo que es el Camino, la Verdad y la Vida. Espero y oro para que completen su conversión, profundicen su determinación de aferrarse a Cristo y llevar a cabo su decisión de amar a Dios por encima de todo.
Mientras caminamos con nuestros elegidos, nosotros también debemos recordar el poder de nuestro bautismo. Nuestra disposición a abrir nuestros oídos, ojos y corazón a la Palabra de Dios, que nos habla para que seamos testigos firmes, y profesemos nuestra fe en Jesús, quien le dice a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida, todo aquel que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás ¿Crees tu esto?” Marta le dijo: “Sí, Señor. He llegado a creer que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que viene al mundo. (Juan 11:23-27)
Del pasaje del evangelio de hoy surge el poder de Jesús como el verdadero mesías, que restaura la vida. ¿Qué nos dice hoy la resurrección de Lázaro?
Primero, siempre nos aferramos a Jesús para salvar nuestra vida. Quizás nosotros, como Marta diciendo: “Señor, si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto” y “Sí, Señor, he llegado a creer que tú eres el Cristo…” En el proceso de comprensión de la experiencia de la muerte, luchamos entre sentimientos de traición y fe – diciendo “Señor, si tan solo hubieras estado allí…” y “Señor, sé que estás aquí…” Esta expresión y lamento son una indicación de que necesitamos a Dios en nuestra vida, el único que puede salvarnos. Cuando nos sumergimos en el pecado, sucumbimos a la muerte. Asimismo, ante la experiencia de la muerte del ser amado, nos aferramos a la ayuda de Dios, dador de la vida.
En segundo lugar, la profesión de fe de Marta con las palabras “He llegado a creer que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que viene al mundo” es impresionantemente reveladora, de cómo ella acepta a Jesús como el Hijo de Dios, quien tiene el poder de restaurar la vida. Estamos llamados a hacer lo mismo, a profesar de todo corazón que, en efecto, Jesús es Señor tanto de los muertos como de los vivos.
En tercer lugar, el milagro de Jesús resucitando a Lázaro, para manifestar “La Gloria de Dios, para que por ella sea Glorificado el Hijo de Dios”. Jesús también nos resucitará a nosotros y a nuestros seres queridos, luego la resurrección en el Día Postrero. Nos volveremos a ver en la gloria de Dios cuando seamos fieles a Él.
En nuestra propia lucha por entender quién es Jesús, a través de este evangelio, hemos visto señales y las obras milagrosas de Jesús. Si estamos ante una crisis de fe, entonces tratemos de considerar a Marta y María, quienes creen en Cristo como la resurrección y la vida. Cree en Jesús, como el Hijo de Dios encarnado.
Marta y María nos inspiran y alientan con el ejemplo de sus luchas. Sin embargo, no pueden luchar por nosotros, nosotros debemos decidir lo que realmente creemos. Hermanos y hermanas, particularmente aquellos que se están preparando para su Bautismo, tú tienes que decidir y ser honesto al contestar ¿Tú crees?
Dios los bendiga.
P. Arlón, osa