The Dictate of the Heart: 4th Sunday of Advent, Year B

Today we are encouraged to come twice to the church to fulfill our obligation. It is the last Sunday of Advent, and the Christmas Vigil starts at 4 pm, followed by 6 and 9 in the evening. In this remaining time of Advent, we are called to intense and quiet prayer with the energy to respond to our availability to God.

Let us reflect on the readings today. The first reading from the second book of Samuel narrates to us about the relaxing experience of King David having returned the “Ark of the Covenant” to the Holy City Jerusalem after several wars in order to secure the “Ark” containing the book of Torah. In reverence to the Ark, David is contemplating on building a temple expressing this holy presence, while the Prophet Nathan receives a message from God that the house David was thinking would mean the beginning of his descendants, where the coming Messiah sprung and formed from his lineage. Basically Jesus is the descendant of King David as prophesied. David’s dream of making a house has turned into the house of the people of God, the new house with a family line which will lead from King David’s lineage directly to the coming of the Messiah, Jesus Christ. This is indeed the promise of God to David that a royal dynasty will succeed him and that his throne will last forever.

The second reading from the letter of St. Paul to the Romans expresses that, “the revelation of the mystery that was kept secret for long ages,” becomes a proclamation of the gospel of Jesus for all people, including the Gentiles. St. Paul worked hard for the fulfillment of these prophetic words “to the command of the eternal God, made known to all nations to bring about the obedience of faith.” We cannot do it alone; we must cooperate with the grace of God.

The gospel from St. Luke is about the Annunciation to Mary. An angel reveals God’s message that Mary will have a special role to play in the coming of the promised Messiah to save the world. The message becomes public only when the angels, shepherds, wise men, and apostles finally announce to the whole world with joy and peace about Jesus’ birth.

What would be our thoughts with regards to the fulfillment of God’s promise?
First, God favors Mary, but through her human response, she is troubled and frightened. That was a normal reaction. Though a virgin, her total trust in God involved humble surrender and something that involved faith that made her understand.

Second, Mary was continuously reflecting, listening, and pondering on what the angel had offered and what was revealed to her. Like Mary, it is important that in every decision we make, there is a need to go through the process of discernment. There are “angel-moments” in our lives where we ignore the messenger.

Third, the messenger reveals to Mary the name and the mission of her child to be. It is so certain that as the promised Messiah, His coming is always connected to the House of God as mentioned in the first reading.

As we go through all sorts of trials and difficulties, just think about the time when Jesus was announced by an Angel to be born. God intervenes in history to breathe again new hope and to be restored through the hovering of the Holy Spirit whose power fleshes out the perfect completion of God’s plan for humanity.

Mary, as with David, was faithful to the promise of God in their wholehearted trust to the fulfillment of the “Word.” Let it be done according to your word, continues to echo in our hearts and minds that final coming of our Savior, Jesus Christ. May we let the Holy Spirit come upon us to empower us to be Christ’s holy body, the Church, in this troubled world. Let us welcome Jesus in our hearts!

God bless you.

Fr. Arlon, osa

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El Dictado del Corazón
Cuarto Domingo de Adviento, Año B

  • 2 Samuel 7:1-5,8-11,16
  • Salmo 89:2-3,4-5, 27,29
  • Romanos 16:25-27
  • Lucas 1:28-38

Hoy se nos anima a venir dos veces a la iglesia, para cumplir con nuestra obligación del último domingo de Adviento y la Vigilia Navideña. Comienza a las 4 de la tarde, seguida de las 6 y las 9 de la tarde. Durante este tiempo restante de Adviento, estamos llamados a una oración intensa y tranquila, con energía para responder a nuestra disponibilidad a Dios.

En las lecturas de hoy reflexionemos en la primera lectura del segundo libro de Samuel, que nos narra cómo el rey David se instaló en su palacio relajándose, la relajante experiencia del rey David por haber devuelto el “Arca de Dios” al Ciudad Santa de Jerusalén después de varias guerras, para asegurar el “Arca de Dios” que contiene el libro de la Torá. En reverencia al Arca, David está contemplando la construcción de un templo, expresando esta santa presencia mientras el Profeta Natán, recibe un mensaje de Dios de que la casa de David estaba pensando, significaría el comienzo de su descendencia, donde el Mesías venidero surgió y formado en la Casa de Dios. Jesús viene como descendiente de David como fue profetizado. El sueño de David de hacer una casa se ha convertido en la casa de Dios. La nueva casa con linaje familiar, que conducirá desde el linaje del Rey David directamente a la venida del Mesías, Jesucristo. Esta es en verdad la promesa de Dios a David de que una dinastía real lo sucederá y su trono durará para siempre.

La segunda lectura de la carta de San Pablo a los Romanos expresa que “la revelación del misterio que estuvo guardado en secreto durante muchos siglos”, se convierte en un anuncio del evangelio de Jesús para todos los pueblos, incluidos los gentiles. San Pablo trabajó arduamente para el cumplimiento de estas palabras proféticas “al mandato del Dios eterno, dado a conocer a todas las naciones para realizar la obediencia a la fe”. No podemos hacerlo solos, debemos cooperar con la gracia de Dios.

El evangelio de San Lucas trata sobre la Anunciación a María. Un ángel revela el mensaje de Dios: María tiene un papel especial que desempeñar en la venida del Mesías prometido para salvar al mundo. El mensaje se hace público sólo cuando los ángeles, los pastores, los magos y los apóstoles finalmente anuncian al mundo entero con alegría y paz el nacimiento de Jesús.

¿Cuáles serían nuestros pensamientos acerca del cumplimiento de la promesa de Dios?

Primero, Dios favorece a María a través de su respuesta humana, ella estaba muy preocupada. Esa fue una reacción normal. Aunque virgen, su confianza total en Dios implica una entrega humilde y algo que implica una fe que la hace comprender.

En segundo lugar, María reflexionó, escuchó y reflexionó continuamente sobre lo que el ángel le ofreció, dio y le reveló. Como María, es importante que en cada decisión que tomemos sea necesario pasar por un proceso de discernimiento. Hay “momentos angelicales” en nuestras vidas en los que ignoramos el mensaje y al mensajero.

En tercer lugar, el mensajero revela a María el nombre y la misión de su hijo. Es tan cierto que como Mesías prometido, su venida siempre está conectada a la Casa de Dios como se menciona en la primera lectura.

Mientras pasamos por todo tipo de pruebas y dificultades, basta pensar en el momento en que Jesús fue anunciado por un ángel para nacer, Dios interviene en la historia para insuflar de nuevo la nueva esperanza, para ser restaurada por la influencia del Espíritu Santo cuyo poder da cuerpo a la perfecta realización del plan de Dios para la humanidad.

María, como David, es fiel a la promesa de Dios, su confianza incondicional en el cumplimiento de la “Palabra”. Hágase según tu palabra, para hacer eco continuamente en nuestros corazones y mentes de la venida final de nuestro Salvador, Jesucristo. Que dejemos que el Espíritu Santo venga sobre nosotros para capacitarnos para ser el cuerpo santo de Cristo, la Iglesia, en este mundo turbulento. ¡Demos la bienvenida a Jesús en nuestros corazones!

Dios los bendiga.

P. Arlón, osa

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