The Dictate of the Heart:  The Ascension of the Lord’s Sunday

Today, we celebrate the Feast of the Ascension. This is a flexible feast depending on the decision of the bishop, who is in charge of the ecclesiastical jurisdiction.   The synoptic gospels, Matthew, Mark, and Luke have an account narrating that after the resurrection of Jesus and different appearances, Jesus was taken up into heavens.  John’s gospel mentioned about the post-resurrection of Jesus in Galilee while St. Paul writes about the tradition, the things he heard about Jesus’ meeting his disciples after the resurrection.  If you read the Acts of the Apostles, there you find the writings that in exactly 40 days of Jesus being with his disciples after He has risen, then the ascension happened.  We cannot make any claim of chronological proof because Jesus’ glorified body is not constrained by the usual limit of time and space.  Thus, we cannot complain why this feast is celebrated either Thursday or the nearest Sunday. 

The ascension of the Lord is not only understood as going up into heavens, but it is about assuming the authority He has won in His death and resurrection. Remember when Jesus says, “All authority in heaven and on earth has been given to me . . .” (Matt 28:18).  

The first reading taken from the Acts of the Apostles narrates that the two men dressed in white garments cried out, “Men of Galilee, why are you standing there looking at the sky?  This Jesus who has been taken up from you into heaven will return in the same way as you have seen him going into heaven.” (v.11) This recounts the Ascension of Jesus, a momentous event marking the return of Jesus to the Father in order to claim His authority and kingship over all things.  

In the second reading taken from the letter of St. Paul to the Ephesians, Paul says, “May the eyes of your hearts be enlightened, that you may know what is the hope that belongs to his call. . . .”  It reveals that there is a different kind of seeing, leading to a deeper kind of knowing.  The human heart has “eyes” that see the glory that is ours which is the destiny and hope.  Do we claim the hope that is ours?  

The gospel today from St. Mark reminds us “to go into the whole world and proclaim the gospel to every creature.”  It means that the ascension emphasizes the disciples’ role in continuing Jesus’ work on earth empowered by the Holy Spirit so that they would be strengthened and inspired as they proclaim the gospel.  Until now the Spirit of wisdom and revelation has been manifested to the whole Church. 

What are lessons that have been revealed to us on this feast of the Ascension?  Apparently, it reveals crucial aspects of our faith and the Christian mission. 

First, lesson on the ascension of Jesus is to fully understand that the Lord returns to the Father claiming His authority and kingship over the whole universe.  He is the Lord of all.  The ascension of Jesus inspires and motivates us to live as His disciples, recognizing His lordship in our lives and being driven by the purpose of sharing His message of repentance, forgiveness, and salvation to the ends of the earth. 

Second, we believe that He will return in glory, thus we cannot just afford to be “standing there looking at the sky” and stand flat footed but there is an urgency to act for we have a mission to do.  We are called to take His place in this world to share the Goodnews to all nations to make a real difference in bringing others to the Lord.  We are His disciples called to work, to love and to serve others. This lesson challenges us to actively participate in the mission of spreading the Gospel. 

Third, the ascension also emphasizes the disciples’ role in continuing Jesus’ work on earth, empowered by the Holy Spirit.   We learn to rely on the guidance of the Holy Spirit to grow in faith and dependence on God.   

The Ascension of Jesus is not about the departure of Jesus from the world but He leads us into a new beginning of the true Church where Jesus, our God and Savior, is present in a new period and God whispers most profoundly in the abiding presence of the Holy Spirit in the minds and hearts of us who believe. 

God bless you.

Fr. Arlon, osa

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El Dictado del Corazón

Domingo – La Ascensión   del Señor

  • Hechos 1:1-11
  • Sal 47:2-3, 6-7, 8-9
  • Ef 1:17-23
  • Marcos 16:15-20

Hoy celebramos la Fiesta de la Ascensión de Jesus al Cielo. Se trata de una fiesta flexible dependiendo de la decisión del obispo que tiene a su cargo la jurisdicción eclesiástica. En los evangelios sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas cuentan que después de la resurrección de Jesús y de diferentes apariciones, Jesús fue llevado al cielo. El evangelio de Juan menciona la post-resurrección de Jesús en Galilea, mientras que San Pablo escribe sobre la tradición, las cosas que escuchó sobre el encuentro de Jesús con sus discípulos después de la resurrección. Si vas y lees los Hechos de los Apóstoles, allí encontrarás escrito que Jesús estuvo con sus discípulos después de haber resucitado y exactamente 40 días después de la resurrección fue la ascensión. No podemos hacer ninguna afirmación de prueba cronológica porque el cuerpo glorificado de Jesús no está limitado por el límite habitual de tiempo y espacio. Por tanto, no podemos quejarnos de que esta fiesta se celebre el jueves o el domingo más cercano.

La ascensión del Señor no se entiende sólo como subir a los cielos, sino que se trata de asumir la autoridad que Él ha ganado en Su muerte y resurrección. Recuerdan cuando Jesús dice: “A mí me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. . .” (Mateo 28:18).

La primera lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles narra que los dos hombres vestidos con vestiduras blancas gritaron: “Varones galileos, ¿por qué están ahí parados mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido llevado al cielo, volverá de la misma manera como lo han visto subir al cielo”. (v.11) Esto relata la Ascensión de Jesús, un evento trascendental que marca el regreso de Jesús al Padre para reclamar Su autoridad y reinado sobre todas las cosas.

En la segunda lectura tomada de la carta de San Pablo a los Efesios, Pablo dice: “Que los ojos de su corazón sean iluminados, para que sepán cuál es la esperanza que corresponde a su llamada. . . .” Revela que existe una forma diferente de ver, que conduce a una forma de conocimiento más profunda. El corazón humano tiene “ojos” que ven la gloria que es nuestra, que es destino y esperanza. ¿Reclamamos la esperanza que es nuestra?

El evangelio de hoy de San Marcos nos recuerda “ir por todo el mundo y proclamar el evangelio a toda criatura”. Significa que la ascensión enfatiza el papel de los discípulos en continuar la obra de Jesús en la tierra con el poder del Espíritu Santo para que sean fortalecidos e inspirados al proclamar el evangelio. Hasta ahora el Espíritu de sabiduría y de revelación se ha manifestado a toda la Iglesia.

¿Cuáles son las lecciones que nos han sido reveladas en esta fiesta de la Ascensión? Revela aspectos cruciales de nuestra fe y de la misión cristiana.

Primero, la lección sobre la ascensión de Jesús es comprender plenamente que el Señor regresa al Padre reclamando Su autoridad y reinado sobre todo el universo. Él es el Señor de todos. La ascensión de Jesús nos inspira y motiva a vivir como Sus discípulos, reconociendo Su señorío en nuestras vidas y siendo impulsados por el propósito de compartir Su mensaje de arrepentimiento, perdón y salvación hasta los confines de la tierra.

En segundo lugar, creemos que Él regresará en gloria, por lo que no podemos simplemente darnos el lujo de estar “parados mirando al cielo” y quedarnos desprevenidos, sino que es urgente actuar porque tenemos una misión que cumplir. Estamos llamados a ocupar Su lugar en este mundo para compartir las Buenas Nuevas con todas las naciones para marcar una diferencia real al acercar a otros al Señor. Somos sus discípulos llamados a trabajar, amar y servir a los demás. Esta lección nos desafía a participar activamente en la misión de difundir el Evangelio.

En tercer lugar, la ascensión también enfatiza el papel de los discípulos en la continuación de la obra de Jesús en la tierra, fortalecidos por el Espíritu Santo. Aprendemos a confiar en la guía del Espíritu Santo para crecer en fe y dependencia de Dios.

La Ascensión de Jesús no se trata de la salida de Jesús del mundo, sino que Él nos lleva a un nuevo comienzo de la verdadera Iglesia donde Jesús, nuestro Dios y Salvador, está presente en un nuevo período y Dios susurra más profundamente en la presencia permanente del Espíritu Santo en la mente y el corazón de los que creemos.

Dios los bendiga.

P. Arlón, osa

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