The Dictate of the Heart: Palm Sunday of the Lord’s Passion

Today is Palm Sunday, the beginning of Holy Week. There are two separate gospel readings to situate ourselves with solemnity into Holy Week. The first gospel taken from Mark 11:1-10 is about Jesus entering Jerusalem for the first time, riding on a donkey and being welcomed by multitudes of people bringing palms to welcome Jesus, crying out, “Hosanna to the Son of David, the king of Israel.” We gather to recall the triumphant entry of Jesus to Jerusalem. We walk with Jesus today.

Just imagine that Jesus was followed by His disciples, and along the road many people who were touched and healed were there as well. Mary was anxious in the final days of her Son’s ministry because she knows of the impending sufferings her Son would ultimately accept. Her pain causes her heart to beat heavily while the crowd is continuously cheering loudly in excitement singing Psalms and Hosannas. As Jesus enters, many people lay down their cloaks and palm branches along the road, feeling much excitement for this spontaneous parade.

Where are you in this picture of our Lord’s entrance into Jerusalem? Have you imagined yourself being in the crowd? As I have said from the beginning, “we walk with Jesus today.” We are joining in, and we go along with Jesus which we become present by our faith and are encouraged to pray fervently as we go through this Holy Week.

The first reading taken from the book of the Prophet Isaiah are words that apply to the Messiah. The Messiah speaks of his own determination to follow His Father’s will despite the sufferings involved. We must realize that the Messiah becomes our model to obey God. Though there are some difficult times in our life like suffering shame or being misunderstood by those who do not like what we are doing, at the end of the day we must be solidly firm with our faith to follow His plan for us.

The 2nd reading is taken from St. Paul’s letter to the Philippians. We hear that Jesus did not consider being equal with God, something to be grasped but He emptied Himself, “becoming obedient to the point of death, even death on a cross.” In the reflection of St. Paul, Jesus did not try to hold on to His divine nature, but instead He hangs on to His role as the Son of God faithful to His Father’s will in becoming human. It highlights Jesus’ humility as He emptied Himself and became human. The passage reminds all of us that as believers we must imitate Christ’s humility and service in our relationships with others. Accept being Christlike by being humble in all we do.

Today the second gospel, taken from Mark 14:1-15:47, is based on Jesus’ movement from the ministry Jesus did in Galilee to His entrance to Jerusalem. The journey to this point has been long and difficult. St. Mark’s gospel will accompany us to Jerusalem where he will be tried, die a cruel death, and be raised to new life by his Father-God.

We know that the Holy Land is closed now for pilgrims. The Israeli government set restrictions to visit the Holy Land because of the continuous pursuit for extremists and terrorists in the area. It is sad that all the roads leading to the Holy Land are blocked and leaving no way for the pilgrims to spend time in prayer. I guess Jesus is asking His followers around the world to come along the way called “Via Dolorosa” in union with His suffering and dying. I imagine the danger of entering Jerusalem this day has been a true passion for the Jewish Christians which is expectedly different from the previous Holy Week. We pray for the immediate end of the war in Israel.

This Holy Week, the recurring theme is “dying and rising.” We see ourselves dying from sins as the right path to knowing and purifying ourselves better. We are deeply invited to see and evaluate ourselves. In the reading of the Lord’s passion from the gospel of St. Mark, Jesus wants us to bring our own sufferings along His way, the difficulties in our life, and the challenges and to foresee our own victory with Him. It is a dying to oneself that we may attain the rising mystery where Jesus leads us.

I believe that Palm Sunday is not just singing “Hosanas” in Jesus’ Passion, for there is also rising in the gospel we heard, one that leads to Easter, to New Life, Resurrection, and victory over death and sin. Glory is our destination we think as we bless these palms and as we walk with Jesus today.

God bless you.

Fr. Arlon, osa

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El Dictado del Corazón
Domingo de Ramos de la Pasión del Señor

  • Marcos 11:1-10
  • Isaías 50:4-7
  • Salmo 22:8-9, 17-18, 19-20, 23-24
  • Filipenses 2:6-11
  • Marcos 14:1—15:47 

Hoy es Domingo de Ramos, el inicio de la Semana Santa. Hay dos lecturas del evangelio separadas para situarnos con solemnidad en la Semana Santa. El primer evangelio tomado de Marcos once: uno al diez trata de Jesús entrando a Jerusalén por primera vez, montado en un burro, y siendo recibido por multitudes que traían palmas para recibir a Jesús, clamando: “Hosanna al Hijo de David, el rey de Israel.” Nos reunimos para recordar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Caminamos con Jesús hoy.

Imagínense que Jesús fue seguido por sus discípulos y en el camino también estaban muchas personas que fueron tocadas y sanadas. María estaba ansiosa por los últimos días del ministerio de su Hijo porque sabía de los sufrimientos inminentes que su Hijo finalmente aceptaría. Su dolor comienza a latir su corazón mientras la multitud continuamente aplaude con entusiasmo cantando Salmos y Hosannas. Cuando Jesús entra, muchas personas a lo largo del camino se ponen sus mantos y palmas llenan el camino con mucha emoción de este desfile espontáneo.

¿Dónde estás en esta imagen de la entrada de nuestro Señor a Jerusalén? ¿Te has imaginado entre la multitud? Como he dicho desde el principio: “Hoy caminamos con Jesús”. Nos sumamos y vamos junto a Jesús, el cual nos hacemos presentes por nuestra fe y nos animamos a orar fervientemente a medida que avanzamos en esta Semana Santa.

La primera lectura tomada del libro del profeta Isaías son palabras que se aplican al Mesías. El Mesías habla de su propia determinación de seguir la voluntad de su Padre a pesar de los sufrimientos involucrados. Debemos darnos cuenta de que el Mesías se convierte en nuestro modelo para obedecer a Dios. Aunque a veces hay momentos difíciles en nuestras vidas como sufrir vergüenzas o ser incomprendidos por aquellos a quienes no les gusta lo que estamos haciendo al final del día, debemos estar sólidamente firmes con nuestra fe para seguir Su plan para nosotros.

La segunda lectura está tomada de la carta de San Pablo a los Filipenses. Escuchamos que Jesús no consideró el ser igual a Dios, algo a qué aferrarse, sino que se despojó de sí mismo, “haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. En la reflexión de San Pablo, Jesús no trató de aferrarse a Su naturaleza divina, sino que se aferró a Su papel como Hijo de Dios fiel a la voluntad de Su Padre de hacerse humano. Destaca la humildad de Jesús cuando se despojó de sí mismo y se hizo humano. El pasaje nos recuerda a todos que como creyentes debemos imitar la humildad y el servicio de Cristo en nuestras relaciones con los demás. Aceptar ser semejante a Cristo siendo humilde en todo lo que hacemos.

Hoy, el segundo evangelio tomado de Marcos catorce: uno al quince y cuarenta y siete, se basa en el movimiento de Jesús desde el ministerio que hizo en Galilea hasta su entrada a Jerusalén. El camino hasta este punto ha sido largo y difícil. El evangelio de San Marcos nos acompañará hasta Jerusalén, donde será juzgado, sufrirá una muerte cruel y será resucitado a una nueva vida por su Padre Dios.

Sabemos que Tierra Santa está cerrada a los peregrinos. El gobierno israelíta impuso restricciones a las visitas a Tierra Santa debido a la continua persecución de extremistas y terroristas en la zona. Es triste que todos los caminos que conducen a Tierra Santa estén bloqueados y que los peregrinos no puedan pasar tiempo en oración. Supongo que Jesús está pidiendo a sus seguidores de todo el mundo que recorran el camino llamado “Vía Dolorosa” en unión con Su sufrimiento y muerte. Imagino que el peligro de entrar en Jerusalén este día ha sido una verdadera pasión para los cristianos judíos que se espera sea diferente a la Semana Santa anterior. Oramos por el cese inmediato de la guerra en Israel.

Esta Semana Santa, el tema recurrente es “morir y resucitar”. Nos vemos morir por los pecados como el camino correcto para conocernos y purificarnos mejor. Estamos profundamente invitados a vernos y evaluarnos a nosotros mismos. En la lectura de la pasión del Señor en el evangelio de San Marcos, Jesús quiere que llevemos nuestros propios sufrimientos a lo largo de Su camino, las dificultades de nuestra vida y los desafíos y que preveamos nuestra propia victoria con Él. Es morir a uno mismo para alcanzar el misterio naciente que Jesús nos conduce.

Creo que el Domingo de Ramos no es sólo cantar “Hosanas” en la Pasión de Jesús, porque también hay un levantamiento en el evangelio que escuchamos, uno que conduce a la Pascua, a la Vida Nueva, a la Resurrección y a la victoria sobre la muerte y el pecado. La gloria es nuestro destino, pensamos al bendecir estas palmas y mientras caminamos con Jesús hoy.

Dios los bendiga.

P. Arlón, osa

 

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