Today is the 4th Sunday in Ordinary Time, Year B. Many people are calling me about someone who is being possessed. The evil spirit continues to disturb our sanity, especially our existence here on earth, with no one who can heal and have the authority to expel demons and the unclean spirit except Jesus, who demonstrates his teaching and his power over them. Do we really know and abide in the Truth of Who Jesus is?
I invite you to reflect on the readings today which I believe would change our views and our lives. Our own way to accept the Lord’s teaching and power is not from learning new ideas we heard and read, but by being immersed in a personal encounter with God through events that impacted our lives to make decisive change.
In the first reading today from the book of Deuteronomy, we hear from Moses’ warning about listening to sorcerers and other kinds of fortune tellers. The people of that time did these things. Moses tells them that a prophet will arise from their ranks to speak on God’s behalf, and they should listen to him. This prophet will speak for their guidance because his authority comes from God validated by how he lives and his lifestyle. They must listen to him, and false prophets shall not be tolerated because if he isn’t the prophet who speaks God’s message then, as a result, he would be punished. How do people know he is a real prophet? Moses gives a concrete reply. If he is a fake prophet, all his uttered messages would fail, and the true prophet would amaze the people because what he has spoken would be fulfilled.
In the second reading from the 1st letter of St. Paul to the Corinthians, Paul is not giving a treatise here on marriage and singleness. He is giving pastoral advice to a particular spiritual guidance for the people of Corinth, but he is doing so while drawing from true and godly principles. Again, this is what we need to discern if we are going to apply this passage to our own lives and earn new insights when St. Paul says, “I am telling you this for your own benefit, not to restraint upon you, but for the sake of propriety and adherence to the Lord without distraction.”
The gospel from St. Mark narrates to us about a man with an unclean spirit. The demons listen to Jesus and obey. There are action moments in the gospel on which we need to reflect in order that we are moved to carry us through deeper contemplation.
First, the unclean spirit cried out, “What have you to do with us, Jesus of Nazareth? Have you come to destroy us?” In this story, the unclean spirit identifies the miracle working Jesus and His authority to defeat this evil which is the enemy of God.
Second, the man further said, “I know who you are – the Holy One of God.” This evil spirit reveals Jesus’ identity. The unclean spirit makes a surprising declaration about the presence of the eternal Good, Jesus the Holy One of Israel. However, Jesus’ desires to announce His real identity for the good of His followers must not come from the unclean spirit, but from the righteousness He does and from the Father’s will glorifying Him as the Son of God, the Messiah.
Third, Jesus said, “Quiet! Come out of him.” In the later gospel of Mark, we encounter the story about Jesus and His disciples crossing to the other side of the lake when strong winds rock their boat. The disciples were frightened while Jesus was asleep. Jesus woke up and commanded the sea and the wind to calm down when He uttered, “Quiet”. He calls out to nature with such authority and power. This is an event to recognize Jesus as being the Anointed. Hence, Jesus is calling out the unclean spirit not to continue attacking the man. The unclean spirit was no match for Jesus’ commands and words, and by His mere words the evil spirit vanished; He had destroyed the evil one.
Fourth, people were amazed and asked one another, “What is this?” A new teaching with authority. The people are amazed at this, and the voice of Jesus is powerful. This is a manifestation of God’s creative love who wishes to restore our human dignity and be freed from the domination of the unclean spirit of possession and disruption. People who witnessed made statements of faith saying, “He commands even the unclean spirits, and they obey him.”
Today, this gospel reveals to us the message of St. Mark who wants to evidently pass the truth to accept Jesus as the Son of God, Savior and Lord. I do understand that the fullness of God’s revelation is to follow the death and resurrection of Jesus. This story allows us to accept Who Jesus is, One Who speaks with new authority and power.
We admire the teachings and miracles of Jesus. But do we really abide in the truth about Who He is? Jesus is not merely a “good man,” but the Holy One of God. He is more than a prophet of the olden times, for He is God. May our personal encounter and experience of His presence be our consistent way to fully accept this Truth, that would change our lives. “If today you hear his voice, harden not your hearts.”
God bless you.
Fr. Arlon, osa
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El Dictado del Corazón: Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario, Año B
- Deuteronomio 18:15-20
- Salmo 95:1-2, 6-7, 7-9
- 1 Corintios 7:32-35
- Marcos 1:21-28
Hoy es el cuarto domingo del Tiempo Ordinario, Año B. Mucha gente me llama por alguien que está siendo poseído. El espíritu maligno continúa perturbando nuestra cordura, especialmente nuestra existencia aquí en la tierra. Nadie puede sanar y tener autoridad para expulsar demonios y espíritus inmundos excepto Jesús quien demuestra su enseñanza y su poder sobre ellos. ¿Sabemos y permanecemos en la Verdad de Quién es Jesús?
Los invito a reflexionar sobre las lecturas de hoy, que creo cambiarían nuestros puntos de vista y nuestras vidas. Nuestra manera de aceptar la enseñanza y el poder del Señor no es aprendiendo nuevas ideas que escuchamos y leemos, sino al estar inmersos en un encuentro personal con Dios a través de eventos que impactaron nuestras vidas para lograr un cambio decisivo.
En la primera lectura de hoy del libro de Deuteronomio, escuchamos la advertencia de Moisés acerca de escuchar a los hechiceros y a otro tipo de adivinos. La gente de aquella época hacía estas cosas. Moisés les dice que un profeta se levantará de sus filas para hablar en nombre de Dios y que deben escucharlo. Este profeta hablará para guiarlos porque su autoridad proviene de Dios, validada por su forma de vivir y su estilo de vida. Deben escucharlo, y los falsos profetas no serán tolerados porque si él no es el profeta que habla el mensaje de Dios, entonces sería castigado. ¿Cómo sabe la gente que él es un verdadero profeta? Moisés da una respuesta concreta. Si es un falso profeta, todos sus mensajes pronunciados fracasarían, y el verdadero profeta asombraría al pueblo porque lo que ha dicho se cumpliría.
En la segunda lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios, Pablo no da aquí un tratado sobre el matrimonio y la soltería. Está dando consejos pastorales y una guía espiritual particular para el pueblo de Corinto, pero lo hace basándose en principios verdaderos y piadosos. Nuevamente, esto es lo que necesitamos discernir si vamos a aplicar este pasaje a nuestras propias vidas y obtener nuevas ideas cuando San Pablo dice: Les digo todo esto para bien de ustedes. Se lo digo, no para ponerles una trampa, sino para que puedan vivir constantemente y sin distracciones en presencia del Señor”.
El evangelio de San Marcos nos habla de un hombre con espíritu inmundo. Los demonios escuchan a Jesús y obedecen. Hay momentos de acción en el evangelio sobre los que debemos reflexionar para sentirnos impulsados a llevarnos a una contemplación más profunda.
Primero, el espíritu inmundo gritó: “¿Qué tienes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? En esta historia, el espíritu inmundo identifica a Jesús hacedor de milagros y su autoridad para derrotar este mal que es enemigo de Dios.
En segundo lugar, el hombre dijo: “Sé quién eres: el Santo de Dios”. Este espíritu maligno revela la identidad de Jesús. El espíritu inmundo hace una sorprendente declaración sobre la presencia del Bien eterno, Jesús el Santo de Israel. Sin embargo, el deseo de Jesús de anunciar Su verdadera identidad para el bien de Sus seguidores no debe provenir del espíritu inmundo sino de la justicia que Él hace y de la voluntad del Padre glorificándolo como el Hijo de Dios, el Mesías.
En tercer lugar, Jesús dijo: “¡Silencio! Sal de él”. En el evangelio posterior de Marcos, encontramos la historia de Jesús y sus discípulos cruzando el otro lado del lago cuando fuertes vientos tostaron su bote. Los discípulos se asustaron mientras Jesús dormía. Jesús se despertó y ordenó al mar y al viento que se calmaran, a lo que Él pronunció: “Tranquilo”. Él llama a la naturaleza con tanta autoridad y poder. Este es un evento para reconocer a Jesús como el Ungido. Por lo tanto, Jesús llama al espíritu inmundo, los mandatos y palabras de Jesús no tienen rival para que el espíritu maligno continúe atacando al hombre. Por sus simples palabras había desaparecido y destruido al maligno.
Cuarto, la gente estaba asombrada y se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? Una nueva enseñanza con autoridad. La gente está asombrada de esto y la voz de Jesús es poderosa. Esta es una manifestación del amor creativo de Dios que desea restaurar nuestra dignidad humana y ser liberados del dominio del espíritu inmundo, de posesión y perturbación. Las personas que presenciaron, hicieron declaraciones de fe diciendo: “Él manda incluso a los espíritus inmundos, y ellos le obedecen”.
Hoy, este evangelio nos revela el mensaje de San Marcos que quiere transmitir la verdad para aceptar a Jesús como Hijo de Dios, Salvador y Señor. Entiendo que la plenitud de la revelación de Dios seguirá a la muerte y resurrección de Jesús. Esta historia nos permite sugerir Quién es Jesús, que habla con una nueva autoridad y poder.
Admiramos las enseñanzas y milagros de Jesús. Pero ¿permanecemos en la verdad acerca de quién es Él? Jesús no es simplemente un “buen hombre” sino el Santo de Dios. Él es más que un profeta de los tiempos antiguos, porque Él es Dios. Nuestro encuentro y experiencia de Su presencia sea nuestra manera consistente de alcanzar plenamente y aceptar esta Verdad, eso cambiaría nuestras vidas. “Si hoy escuchas su voz, no endurezcas el corazón”.
Dios los bendiga.
P. Arlón, osa